Italia.
Una chica con un vestido precioso y un violín ambienta una plaza.
“Sí, acércate, acércate.”
Un niño se acerca con la curiosidad de quien está descubriendo la belleza por primera vez.
La artista ni se da cuenta, pero el niño ya está a un metro de su espalda.
Sus ojos lo dicen todo.
Es la primera vez que escucha un violín en directo.
Está hipnotizado.
La chica se gira y lo ve.
Le sonríe.
El niño sigue inmóvil, fascinado.
Ella decide dedicarle la canción.
Se arrodilla para tocar a su altura.
Aún así, le sigue ganando en altura.
Sin darse cuenta, el niño ha convertido el espectáculo en algo mucho más grande.
Toda la plaza les mira a ambos conmovidos.
Sin intercambiar ni una palabra, se comunican entre miradas y musica.
Esa es la magia del asombro.
Esa emoción que se siente cuando algo inesperado toca el alma.
Con gastromagia puedes conseguir esa conmoción en tu restaurante.
Miradas de los peques brillando gracias a su fascinación.
Y es inevitable, si unos padres ven a su hija disfrutar de esa forma, van a volver.
Los trabajadores de 30 y 53 años, en el descanso del curro, se han llevado una anecdota de como tu restaurante les alegró el día.
Pd: Si reservas antes del 15 de febrero, te llevas un BONUS.
Pd2: Un texto promocional para atraer a familias enteras incluso antes de empezar con el servicio.
Pd3: Este texto ha sido extraído del mail diario de Alain Zulaika. Es posible que el servicio ya no este disponible, únete a su lista de lectores para comprobarlo y descubrir otros servicios exclusivos.
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