Max Maven, uno de los mentalistas más reconocidos mundialmente.
Me ha decepcionado.
A ver, oye.
O bueno, escucha.
Mejor dicho, lee.
Lo que sea, pero atiende.
En realidad le sigo admirando.
Nunca olvidaré la fascinación que me hizo sentir en aquel Magialdia de 2014.
Esa presencia en escena.
Esa una voz que te atravesaba…
Pero cuando abrí PRISM, uno de sus libros, llegó la decepción.
Me he encontrado con una cantidad considerable de efectos que usan un compinche.
No me jodas.
“Max Maven era un ejemplo del buen uso de compinches.”
Una frase que muchos repiten.
Claro, como nunca alcanzó la fama del Mago Pop, aquí no aplica la envidia, no?
No me vale.
Ahora bien, no todo es malo.
La lectura me ha servido para reafirmar una idea que llevo tiempo reflexionando.
Si el mago trabaja más que el compinche (y no hay otra forma de conseguir el mismo resultado), me puede parecer ético.
Si el compinche hace más que el mago, deja de ser magia.
Se convierte en teatro y en definitiva en una mentira.
Hablando de magia y teatro…
Twobascos se estrena este mes.
Un show sin compinches (manda huevos tener que aclararlo).
Si quieres llevarlo a tu teatro, ahora es el momento.
Cada vez quedan menos fechas disponibles.
Pd: Este texto ha sido extraido de la newsletter de Alain Zulaika. Es posible que el servicio ya no esté disponible.
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